Nada pasa desapercibido para las cámaras de seguridad que trufan las ciudades inglesas, ni siquiera los propios policías de paisano, que llegan a perseguirse a sí mismos, en una escena que podría haber salido de la pluma de Chesterton. Un agente de paisano, del que no ha trascendido el nombre, se persiguió a sí mismo durante 20 minutos, después de que el operador de cámara le avisara por radio de que en las proximidades había un individuo “actuando sospechosamente”.

En realidad, el operador de la cámara estaba viendo en pantalla al policía de paisano que, efectivamente, actuaba sospechosamente, como es propio de esta profesión. El operador se puso en contacto con el agente y le dio una descripción del sospechoso, al que “ya había visto el mes pasado” y una de cuyas características más notables era “que era rápido y escurridizo”.

El policía/presunto empezó entonces una persecución por las desiertas calles de Sussex y cuanto más se aproximaba a su invisible objetivo, más sospechoso se volvía su comportamiento, entrando en una espiral de paranoia retroalimentada.

Veinte minutos después un sargento entró en la sala de control de la comisaría, reconoció al supuesto delincuente e interpretó un sonoro LOL (volteretas hacia atrás de la risa). Los detalles de la chapucera patrulla policial fueron filtrados a la revista de la Policía por un agente que presenció toda la anécdota.

La policía de Sussex se negó a dar más detalles sobre el concienzudo agente, alegando que al desconocer la fecha del suceso era imposible saber quién de los 3.000 policías en plantilla. De todos modos un portavoz de las fuerzas del orden confirmó las risas entre el cuerpo: “La policía es un asunto serio, aunque de vez en cuando tenemos momentos de feliz alivio”.

Visto en Telegraph.